"No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo, mejor saber dónde vamos, adónde nos lleva el tiempo. (...)Mírame bien a los ojos, mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo ¡¡¡No puedo ser extranjero!!!
¡Y verás que soy un hombre!"
Canción-poema de Rafael Amor
(ES - Castellano)
Como recién llegado, a un par de meses, en Galicia - me tengo 'abstenido' de escribir sobre la política partidaria de ese nuestro querido país hermano, que tan bien me acogió. No solo por que tengo la humildad de reconocer lo poco que sabia (que se) sobre los meandros de a política partidaria de España, de la gestión del poder publico, y quien san as fuerzas que se mueven en ese plano. Busqué hace que aquí llegué tener una actitud de observador, de escucha atenta a todas las corrientes de pensamiento, aunque me posicione (toda mi vida), al lado de aquellos que buscan un "Otro Mundo Mejor" (independiente de cualquier formación partidaria).
Ahora, que voy estando más informado y un poco más atento a lo que se esta pasando, voy entendiendo un poco mejor, mientras, lo que cada una de las formaciones candidatas a las próximas elecciones (9-M) proponen para el gobierno de España. Con más o menos semejanzas con lo que se pasa en Portugal, como siempre en elecciones, hay que buscar separar el ruido electoral, de lo que verdaderamente importa a los cuidadanos. Distinguirse lo que pueden ser propuestas que respondan a los principales problemas sociales, ambientales y eco-nómicos (eco que tiene que ver con un concepto ecológicamente sano), de las promesas sin profundidad, o peor, de las propuestas populistas, que por cierto darán algunos votos más para quien las hace, pero que no son consecuentes con una visón civilizacional para nuestro milenio.
Confeso, que siento ahora en mi piel lo que es ser extranjero; siento aquello miedo 'silencioso' de hablar sobre cosas, que dirán unos, no me dicen respecto, pues yo aun ni siquiera tengo el derecho de votar en España. Otros dirán que la cuidadania, debe de caminar con el humanismo, y que en la Carta Universal de los Derechos Humanos, nadie puede ser privado de la su libertad de expresión, sea en parte del planeta viva. Se la mundialización, sirve tantas atrocidades (hambre, miseria, explotación,...), pues que sirva aun para que los cuidadanos libres del mundo puedan exprimir lo que sienten, donde que estean viviendo.
Pues yo, extranjero me confeso! Aunque sea un extranjero con grande previlegio, pues vivo en una de as regiones más cercanas, en España, de mi cultura (portuguesa), de sus hábitos y 'costumbres' - Galicia. Soy un cuidadano europeo de pleno derecho, legal en España, tengo previlegios de cuidadania, que otros emigrantes, no alcancaran nunca, por muchos años que vivan, trabajen y contribuían para la prosperidad de ese país donde escogí vivir.
Aparece ahora, en medio de lo debate electoral, una de las propuestas más precipitantes sobre emigración, aun que no sea original (pues desafortunadamente esa corriente populista, tiene aun sus hermandades en Francia, Bélgica, aun en Portugal, y en otros países), no deja de ser llena de un pensamiento xenófobo.
A menudo, lo que propone el candidato del PP - Rajoi - es que todos los extranjeros sean obligados a firmar un contrato que los obligué a condiciones humillantes y violadoras de los más elementares derechos humanos - la aceptación de un integracionismo cultural, de habitos y costumbres, mui dificiles de 'definir'. Se España es un país 'maioritariamante' cristiano, y taurómaco (como Portugal), debemos ser todos, los extranjeros, convertidos, o aficionados? Donde se queda la tolerancia cultural, religiosa, civilizacional (en que España además es pionera)?
Pues cuando decidimos a emigrar para un cualquier país, es natural que la aprendizaje de la lengua, la convivencia y compartir com la cultura local, sea no solo evidentemente una necesidad, más aun una oportunidad de compartir de una vivencia multi cultural, que puede beneficiar y ampliar civilizacionalmente a todas las culturas (las de origen y las emigrantes). Cuando se busca en la emigración la 'cabeza turca' de todos los males sociales de un pobo o nación, estamos negando lo derecho a que todos puedan aspirar a la felicidad. Todos los pobos tienen sus emigrantes - españoles, gallegos, portugueses, brasileños, africanos, aun los EEUU! - y todos los pobos tienes su derecho a desear la felicidad. Cuando se busca meter los emigrantes en un chaleco de fuerzas basado en cualquier contrato, como escusa para dejar de buscar el dialogo intercultural, y se pretende imponer habitos y costumes a través de una lei ciega, estamos a forzar la naturaleza humana. Estamos a cortar las más elementales leys de convivencia humana - la tolerancia, la diversidad, el dialogo.
Yo extranjero ¡me confeso! y pido que los políticos (de todos los países, aun el mio de origen) que se proponen a gobernar nos, pesen en sus actitudes, propuestas y palabras lo cuanto podremos perder todos con la uni-culturalidad y con la imposición de valores sin respecto a los demás. Ahí crecen todos los extremismos a que me recuso dar mi silencio. Por que la solidariedad, la libertad y la aspiración a la felicidad, me toca mucho más en la consciencia que todos los miedos.
(PT)
Como recém-chegado, à um par de meses, à Galiza - região autónoma do reino de Espanha - tenho-me 'abstido' de escrever sobre a política partidária deste nosso querido país irmão, que tão bem me acolheu. Não só porque tenho a humildade de reconhecer o pouco que sabia (que sei) sobre os meandros da política partidária por terras de Sua Majestade, da gestão do poder público, e quem são forças que se movem neste plano. Procurei desde que aqui cheguei ter uma atitude de observador, de escuta atenta a todas as correntes de pensamento, ainda que me posicione (ao longo da minha vida), do lado daqueles que buscam um "Outro Mundo Melhor" (independente de qualquer formação partidária).
Agora, que vou estando mais informado, e um pouco mais atento ao que se está passando, vou entendendo um pouco melhor, por entrelinhas, o que cada uma das formações candidatas ás próximas legislativas de Março (9-M) propõem para o governo de Espanha. Com mais ou menos semelhanças com o que se passa em Portugal, como sempre em eleições, à que procurar separar o ruído eleitoralista, daquilo que verdadeiramente importa aos cidadãos. Distinguir aquilo que podem ser propostas que respondam aos principais problemas sociais, ambientais e eco-nómicos (eco dentro de um conceito ecologicamente são), das promessas sem fundo, ou pior, das propostas populistas, que certamente darão mais alguns votos a quem as faz, mas que não são consequentes com uma visão civilizacional para este milénio.
Confesso, que sinto agora na pele o que é ser estrangeiro; sinto aquele medo 'silencioso' de falar sobre coisas, que dirão uns, não me dizem respeito, pois eu ainda nem sequer tenho direito de voto em Espanha. Outros dirão que a cidadania, deve de andar a passo com o humanismo, e que segundo a Carta Universal dos Direitos do Homem, nenhum ser humano deve ser privado da sua liberdade de expressão, seja em que ponto de planeta viva. Se a mundialização, serve para tantas coisas atrozes (fome, miséria, exploração,...), que sirva também para os cidadãos livres do mundo possam exprimir o que sentem, onde quer que estejam vivendo.
Pois eu, estrangeiro me confesso! Ainda que um estrangeiro muito previligiado, pois vivo numa das regiões mais próximas, em Espanha, da minha cultura, hábitos e 'costumes' - a Galiza. Sou um cidadão europeu de pleno direito, com situação legalizada em Espanha, tenho privilégios de cidadania, que outros emigrantes, não alcançarão nunca, por muitos anos que vivam, trabalhem e contribuam para a prosperidade deste país onde escolhi viver.
Surge agora, em pleno debate eleitoral, uma das propostas mais preocupantes sobre emigração, que não sendo original (pois infelizmente esta corrente populista, tem também irmandades em França, Bélgica, até em Portugal, para além de outros países), não deixa de ser recheada de um pensamento xenófobo.
A traços largos, o que propõe o candidato pelo PP, a presidente do próximo governo de Espanha, o senhor Rajoi, é todos os estrangeiros sejam obrigados a assinar um contrato que os obrigue a condições humilhantes e violadoras dos mais elementares direitos humanos - a aceitação de um integracionismo cultural, de hábitos e de costumes, muito difíceis de 'balizar'. Se Espanha é um a país 'maioritariamante' cristão, e ligado á tauromaquia (aliás como em Portugal), devemos ser todos, os estrangeiros, convertidos, ou aficionados? Onde fica a tolerância cultural, religiosa, civilizacional (em que Espanha é pioneira)?
Sendo que quando decidimos emigrar para um qualquer país, é natural que a aprendizagem da língua, a convivência e a partilha da cultura local, seja não só evidentemente uma necessidade, mas também uma oportunidade de partilha multi cultural, que pode beneficiar e ampliar civilizacionalmente a todas as culturas (as de origem e as emigrantes). Quando se procura encontrar na emigração o bode expiatório de todos os males sociais de um povo ou nação, estamos negando o direito a que todos possam aspirar à felicidade. Todos os povos têm os seus emigrantes - espanhóis, galegos, portugueses, brasileiros, africanos, até os americanos! - e todos os povos tem o direito a aspirar à felicidade. Quando se procura meter os emigrantes num colete de forças de um qualquer contrato, como desculpa para deixar de procurar o diálogo intercultural, e se pretende impor hábitos e costumes através de uma lei cega, estamos a forçar a natureza humana. Estamos a quebrar as mais elementares leis de convivência humana - a tolerância, a diversidade, o diálogo.
Yo extranjero ¡me confeso! e peço que os políticos que se propõem a governar-nos, pesem nos actos, nas propostas e nas palavras o quanto podemos perder todos com a uni-culturalidade e com a imposição de valores sem respeito pelos do outro. Aí crescem todos os extremismos a que me recuso dar o meu silêncio. Porque a solidariedade, a liberdade e a aspiração à felicidade, tocam-me mais na consciência que todos os medos.
10 de fevereiro de 2008
Yo extranjero ¡me confeso!
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